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Biografía

Guillermo Fadanelli nació en la ciudad de México en el Hospital del Sagrado Corazón ubicado en Calzada de Tlalpan. Un hospital que ha dejado de existir: ahora es un hotel. A los nueve años libra su primera pelea con los puños y un niño al que apodaban el Caperuza le parte la madre. A los once años, su padre lo mete a una escuela militar donde en lugar de corregirse se hace más cínico. A los trece gana su primera pelea después de un amplio historial de derrotas. A los dieciocho tiene su primer auto: un Rambler 67. Su primer viaje es a San Francisco a los veintiuno. Allí conoce a su tío Johnny, ex-combatiente de Vietnam, quien lo inicia en el arte de beber toneladas de cerveza. A principios de los años ochenta entra a estudiar Ingeniería y nunca obtiene el título porque evita entrar a clases. Aquí es cuando la literatura comienza a ser interesante para él. En Ingeniería conoce a Yolanda Martínez y al lado de un grupo de amigos funda la revista Moho. Su primer libro se titula El día que la vea la voy a matar publicado por editorial Grijalbo.

A principios de los noventa cuida árboles de Navidad en la esquina de la 87 y la Segunda Avenida de Nueva York: le pagan 1,500 dólares. Después trabaja como dependiente de una pastelería en Madrid; no recibe sueldo, pero a cambio de su trabajo le dan techo y alimentos. Vive en Berlín un año y se sorprende que sirvan tibia la cerveza. También se interesa en la biografía de los Hohenzollern. En Bogotá y La Habana hace buenos amigos. En Lima deja plantada a la prensa (un diario anuncia su desaparición y posible secuestro) y en Graz va a beber con el director del Museo de Criminología. Ha publicado varias novelas y se aferra a seguir al frente de Editorial Moho. Ya casi no tiene amigos porque los ha perdido con el pasar de los años. Y parece estar muy contento.

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Mis últimos proyectos

Libros recientes

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STEVENSON, INADAPTADO

“Sólo cuando accedemos al mundo de Fadanelli, cuando nos cruzamos con la catadura moral y humana de sus criaturas de ficción es cuando comprendemos el ritmo y el filo de sus palabras.”

J. Ernesto Ayala-Dip, Babelia

 

Mario Stevenson es un hombre que jamás ha sufrido enfermedad alguna y que, cierto día, decide pasar una larga temporada dentro de un hotel en la Ciudad de México. Desde su insólita salud y su temperamento inadaptado observa y sufre el movimiento de una ciudad convulsa y presa del temor causado por una pandemia inesperada. Toda noticia acerca de esta enfermedad le resulta a Stevenson una ruptura del silencio que necesariamente debe acompañar a la vida. ¿No es la vida ya un grito en sí? ¿Un alarido en potencia?

Guillermo Fadanelli.

 

Libro publicado por LITERATURA Random House, 2022.

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FANDELLI

“Me estoy muriendo, no logro diferenciar entre una letra y un espacio en blanco, una zapatilla de mujer ha pasado deslizándose bajo mi cama; hay agua en el piso. Veo rostros desfigurados y lozanos en la tambaleante superficie de muros que han dejado de existir. El dinero y los ideales no significan ya nada. La casa se inunda, la casa sin techo ni muros. Quiero dictar el periódico mural, el barrio de mi vida presente, el futuro pensado y moribundo. Quiero contarle historias de arquitectura mexicana a mi bailarina que se aleja cada vez más, montada en una barca, quien sabe hacia qué lontananza. Quiero escribir historias que se olviden y se desvanezcan como mi cuerpo interrogado y sometido a la tortura del patíbulo cotidiano. ¿Qué ha quedado de mí y de los viajes que la memoria conservó supuestamente intactos? Al rostro anclado en el espejo se lo han comido las ratas, y se hincha como un cadáver en pleno solaz. Ya no soy Fandelli, soy un recuerdo, tu recuerdo”.

 

De algo estaré cierto —yo, mitad perro, mitad hombre y verdugo— hasta que me muera y la risa de los sádicos dispersen mis cenizas: la autobiografía no es posible. La conciencia de uno mismo no permite el descanso sideral o terreno, debido a que dicha experiencia no puede ser narrada, sino sólo esbozada. Quien sospeche que en mis libros escribo acerca de mí vida, mis aventuras y demás accidentes, es porque quizás no ha comprendido la broma que nos sepulta, la burda imposibilidad de transmitir lo que uno es.

—Guillermo Fadanelli—

Libro publicado por Ediciones Cal y Arena. 2019.

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EL HOMBRE MAL VESTIDO

“Si algo es absurdo entonces es verdadero”; “El paraíso adonde yo me dirijo está empedrado de migajas. Sobre ellas caminaré”: ambas sentencias han sido escritas por Esteban Arévalo, el hombre mal vestido. ¿Hacia dónde camina este personaje que, desaliñado, vaga por el barrio de Tacubaya y de quien se sospecha que ha cometido varios asesinatos sin motive aparente? Sus pensamientos parecen ir en contra de cualquier convención humana que sea capaz me cobijarlo. ¿Es un individuo bueno, pese a las acusaciones que caen sobre su espalda? De algo estamos seguros: es un observador, un desapegado y un marginal. Su amigo, Blaise Rodríguez, ansia dar cuenta de lo que sucede en la mente de Esteban. Ya casi no existen personas interesantes en el mundo: extrañas, impredecibles, fuera de orden. En esta obra, la mente de un atribulado se extiende como una zona oscura que recorrerá las certezas más sólidas de elector. El personaje que da nombre a la novela escribe: “Las personas son soledades vagan o transitan, coge, mean, trituran, muerden, se relacionan y crean nebulosas de palabras. Y esas personas andan por allí sin poder transmitir del todo su sufrimiento.

Almadía ha decidido publicar la última novela de Guillermo Fadanelli a sabiendas de que novelas como la presente solo pueden ser comprendidas desde las letras. Fadanelli insiste en que la realidad más íntima de nuestro mundo es literaria. El hombre mal vestido, el crimen, en azar, el barrio de Tacubaya y algunos de sus vecinos más atípicos poblaron la mente de Blaise Rodríguez, quien, a fin de cuentas, intentará narrar en estas páginas la historia de una perturbación.

Libro publicado por Editorial Almadía. 2020.

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